La situación de confinamiento es una situación especialmente estresante para los niños y en particular para los niños y niñas que presentan un Trastorno del Espectro Autista (TEA). Las limitaciones de movimiento, los cambios en la rutina, la ausencia de terapias, así como los cambios en las interacciones familiares son factores que pueden contribuir a desarrollar un mayor número de conductas repetitivas, obsesivas y esterotipadas, así como también aumentar las conductas disruptivas como las rabietas o estallidos emocionales.
Todos estos cambios suponen un elevado malestar en el niño que canaliza con las conductas repetitivas a modo de “descarga” emocional y que acabarán en un estallido emocional si no son capaces de regularse solos, generando así una dinámica familiar compleja.
Estar atentos a esta situación, permitirá a los padres poder desarrollar rápidamente una serie de estrategias que ayuden a sus hijos.
Algunas recomendaciones y estrategias que pueden ser de gran utilidad para ayudar a las personas con TEA a superar la situación y sobrellevarla lo mejor posible, son las siguientes:
- En general, es recomendable mantener la mayor estabilidad posible en las rutinas de casa, estructurando los días y las actividades que se deben realizar cada día. En la medida de lo posible, es aconsejable realizar lo mismo cada día, con el fin de aumentar la previsibilidad y reducir el estrés que les supone enfrentarse cada día a algo nuevo. Para ello se puede hacer uso de agendas visuales, aunque sea un recurso que quizás ya no estuviera usando habitualmente, será de gran ayuda para comprender los cambios y las nuevas actividades programadas. Los niños con Autismo son aprendices visuales y por ello, la información presentada por esta vía les resulta más sencilla de comprender. Si no se dispone del material, el tiempo o el conocimiento para elaborarlo en casa, se puede recurrir a diversas aplicaciones que hay en el mercado como: PictogramAgenda o Agenda de Pictogramas, recursos sencillos y rápidos para facilitar el trabajo a los padres.
- Los niños con TEA son especialmente sensibles a los estímulos exteriores como los ruidos fuertes, el bullicio, los gritos, etc. Todas ellos son muy habituales cuando hay más personas en casa o cuando se tienen niños pequeños. Sin embargo, para el niño con TEA puede convertirse en un detonante de la conducta disruptiva. Por lo que es recomendable reducir todo lo posible los ruidos y los estímulos que conocemos que pueden afectarle. Para ello, podemos delimitar los espacios y las zonas específicas en las que irá trabajando el niño en cada actividad, controlando así los estímulos que habrá a cada momento en cada lugar.
- Es natural que, pese a todos los esfuerzos realizados, en algunos momentos presente conductas inadecuadas. En esos momentos, es elemental mostrarle comprensión y mantener una actitud de calma. Cuando esté muy alterado podemos recurrir a llevarle al RINCÓN DE LA CALMA, un lugar de la casa destinado únicamente para él/ella, en el que podrá aislarse de los demás. Un espacio de tranquilidad en el que pondremos sus juguetes favoritos, música relajante (si le gusta) y objetos que le proporcionen sensaciones positivas (cojines, mantas…). Allí podrá permanecer el tiempo que necesite hasta que esté calmado, haciendo las actividades que desee. No es un lugar para que reflexione sobre su comportamiento, sino todo lo contrario, es un espacio para ayudarle a reducir su malestar. Los niños TEA cuando tienen un estallido emocional en el que agreden o rompen algo se sienten verdaderamente mal y necesitan comprensión y ayuda.
- Asimimo, es importante mantener un entorno organizado y ordenado para ayudarle a estar más regulado. Una estrategia adecuada, será tener ordenados los juguetes y materiales en cajones en las que se especifique mediante pictogramas o apoyos visuales lo que hay allí. Por ejemplo, un cajón con los coches, una estantería sola para los libros, una caja de muñecos y peluches, un cajón con el material de pintar y dibujar… y su apoyo visual correspondiente, es decir, un pequeño dibujo o imagen que le ayude a identificar qué hay allí.
- Es aconsejable, dedicar algún momento del día para expresar los sentimientos y emociones que siente. Podemos aprovechar en esos momentos, para favorecer la práctica de actividades sencillas que promuevan la calma y la relajación como, por ejemplo:
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- Hacer un bote de la calma. El bote de la calma, es un recurso divertido, sencillo y útil, que ayuda a los niños con Autismo a regularse más rápidamente cuando están enfadados o molestos mirando cómo se mueve la purpurina en el agua del bote tras agitarlo. Es una metáfora tangible de nuestras propias emociones, de cómo poco a poco, se van apaciguando tras un estado de agitación.
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- Hacer respiraciones profundas y controladas mediante juegos, por ejemplo, poniendo un poco de agua en una cuchara. La tarea consiste en intentar respirar muy despacio a un palmo de una cuchara con un poco de agua, de manera que el agua de la cuchara no se derrame al espirar suavemente. También se pueden hacer pompas de jabón para controlar las espiraciones o soplar una vela sin llegar a apagarla.
Siguiendo estas estrategias ayudaremos al niño con autismo a reducir los estados de ansiedad y descontrol que se pueden dar al estar tanto tiempo en casa, comprendiéndolo, apoyándolo y proporcionándole lo que necesita a cada momento. Si ellos no pueden adaptarse, debemos hacerlo nosotros. Su bienestar emocional es una prioridad.
Si tienes un hijo con Autismo y deseas que te asesore en tu caso en particular sobre cómo manejar los comportamientos en casa, recuerda que puedes consultarme rellenando este formulario (pincha aquí), por redes sociales o llamando al teléfono de contacto. Estaré encantada de poder ayudarte en tu camino.
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