La vida se ha parado, ha dejado de girar. Hemos dejado de ir a trabajar, de llevar a los niños al colegio, de salir a tomar café después del trabajo y de ir al cine los domingos. Estamos en casa, con miedo, preocupación por nuestros familiares, inquietud, incertidumbre… La delicada situación que estamos viviendo nos ha llevado a estar todos en casa confinados para protegernos y proteger al resto.
Estar 24 horas al día todos juntos, en espacios muchas veces reducidos, no es una tera sencilla. Estamos aconstumbrados al ajetreo del día a día, a vernos de a ratos y a tener nuestro propio espacio. Es habitual que en situaciones así, donde además hay una carga emocional importante, las tensiones y maloestendidos se disparen en casa, generando pequeños y grandes conflictos familiares.
Pero, viendo la previsión de tener que estar una temporada en esta situación, ¿qué podemos hacer para tener una convivencia más llevadera y mantener una buena relación con los miembros de la familia?
Dos claves principales para conseguir reducir los conflictos en casa y mejorar la comunicación: LA ORGANIZACIÓN y LA COMUNICACIÓN.
LA ORGANIZACIÓN
En estos días, la rutina ha cambiado, dejando paso al caos y la desorganización. Demasiado tiempo “libre” que al contrario de lo que cabría pensar, no relaja, sino que genera un estado de estrés y desasosiego, debido a no saber en qué ocupar el tiempo y ser productivos.
Por ello, es importante que toda la familia organice conjuntamente una agenda en la que esté presente la planificación de actividades de ocio así como de tareas del hogar y otras obligaciones. Es una actividad que ha de hacerse en familia y en cordinación, ya que de no ser así, nuevamente entraremos en disputas por a quién le tocaba hoy elegir película o quién debía encargarse de poner el lavavajillas.
En pareja, también es importante marcar tiempos para estar juntos y “descansos individuales”, es decir, tiempos para cada uno de manera independiente en el que hacer aquellas actividades que se deseen. Estar confinados es una oportunidad para pasar más tiempo en pareja y en familia, pero esto no significa que debamos hacerlo todo juntos. Lo sano para las relaciones es que cada uno guarde un espacio y tiempo para sí mismo, en el que poder nutrir su mundo interior, y luego poder nutrir la relación cuando se comparte tiempo juntos.
COMUNICACIÓN
La segunda clave para tener una buena relación familiar, es la comunicación. Es el pilar que mantiene todas las relaciones y que puede hacer de nuestra estancia en casa unas vacaciones o una condena.
¿Cómo comunicarnos para reducir las tensiones y conflictos?
Es natural que surgan muchas fricciones en el día a día, lo importante es manejarlo adecuadamente para que no se conviertan en conflictos mayores. Para eso, os invito a seguir unas pautas:
- Mensajes desde el YO
Los mensajes desde el YO, son mensajes que usamos para expresarnos y decir lo que pensamos, sentimos o queremos de manera respetuosa. Se trata de evitar usar frases como “por tu culpa…” o “otra vez igual, siempre haces…”, que señalan y juzgan al interlocutor, haciendo que rápidamente éste levante una coraza que no permita la comunicación. Lo más saludable es sustituirlas por mensajes que digan cómo te sientes o qué piensas de lo que la persona ha hecho y qué es lo que te ha molestado concretamente, siendo objetivos y claros. Usaremos para ello la fórmula: YO ME SIENTO…CUANDO TÚ…
Por ejemplo: “yo me siento molesto/a cuando te toca recoger la cocina y tengo que recordártelo para que lo hagas”.
- Hacer explícito lo que esperamos de la otra persona
En pareja y en familia, lo que se quiere se tiene que pedir. No debemos esperar a que la persona se de cuenta, lo imagine o prevea lo que espera el otro. Lo más efectivo es decirlo directamente, sin rodeos ni trampas. Podremos pedir lo que queremos tras emitir un mensaje desde el yo con frases como: ME GUSTARÍA QUE… PREFERIRÍA QUE… De esta forma, la convivencia será más clara y transparente.
- Negociar
Es importante aprender a negociar las obligaciones, tareas y responsabilidades de la casa, primando el entendimiento y la comprensión. Negociar no implica ganar, sino llegar a un acuerdo lo más “justo” posible para todos. Para negociar hay que aprender a escuchar, acercarnos a la postura de la otra persona (empatizar), ceder una parte del terreno y pactar un acuerdo. Buscar soluciones “gano-ganas” creativas será de gran utilidad en estos momentos. Por ejemplo, si no nos ponemos de acuerdo con la película podemos pactar un calendario para que cada uno elija un día o que uno vea la película en una televisión y otro en otra. En las negociaciones no hay una ganancia al cien por cien, hay un entendimiento y un pacto.
- Usar la técnica del bocadillo.
Cuando tenemos que decir algo que nos disgusta de la otra persona, una magnífica manera de hacerlo es utilizar la técnica del bocadillo. Consiste en empezar diciendo algo abradable de la otra persona, decir lo que nos molesta (con mensajes del yo y explicitando lo que queremos) y terminar diciendo algo agradable.
PAN: Algo agradable.
RELLENO: Cómo nos sentimos, lo que nos molesta y que queremos
PAN: Algo agradable
Ejemplo: (PAN) Sé que estás estudiando mucho y los papás están muy orgullosos de lo bien que lo estás haciendo, pero quería comentarte que (RELLENO) me siento un poco molesta y desbordada cuando dejas la ropa tirada en el baño porque tengo mucha faena en casa y me gustaría que la recogas la próxima vez. (PAN) Estás ayudandonos mucho en muchas cosas. Entre todos, lo conseguiremos.”
De esta forma, minimizamos el impacto de nuestro mensaje en la otra persona y aumentamos la probabilidad de escucha y cambio en el otro.
- Fijarse en lo positivo y dar las gracias
Cuando aprendemos a focalizarnos en los aspectos positivos de la otra persona, los conflictos pierden fuerza y nos sentimos más unidos. A modo de juego, al final del día, podéis escribir una especie de carta a cada miembro de la familia en la que darle las gracias por algo bonito que haya hecho ese día. Si hay niños en casa, también pueden participar, será algo divertido que os unirá aún más.
En los momentos tan díficiles que nos encontramos el apoyo familiar y la comunicación positiva son elementales para sobrellevar la situación de una mejor manera.