CÓMO AUMENTAR LA CONFIANZA Y LA AUTOESTIMA EN TU HIJO

¿Qué es la autoestima?

La autoestima es el conjunto de percepciones, pensamientos y sentimientos acerca de nosotros mismos, nuestra manera de ser, nuestro propio cuerpo y carácter. Esta autoestima influye directamente en el modo de comportarnos, marcando una tendencia de comportamiento. Una autoestima sana y fuerte repercute positivamente en las relaciones sociales y familiares, en el rendimiento académico y en la motivación del niño.  Además, influye directamente en el bienestar y felicidad del niño a lo largo de su desarrollo a la vida adulta.

¿Cómo se desarrolla la autoestima y la confianza en uno mismo?

Se va gestando a lo largo de los años gracias a todas las experiencias que se van experimentando en diferentes entornos: familiar, social, académico, etc. y la interpretación personal que hacemos de cada una de ellas. Pese a que es el resultado de un conjunto de factores, desde el hogar podemos ayudar a potenciar una sana autoestima, basada en la seguridad y confianza en uno mismo.

Recomendaciones para fomentar una autoestima saludable en tu hijo

Es beneficioso seguir algunas pautas que podemos realizar desde el hogar para asegurarnos de desarrollar en nuestros hijos una autoestima sana y fuerte:

  • Trasmítele a tu hijo que tienes suerte de tenerlo como familia y recalca lo importante que son las virtudes que tiene. Es recomendable evitar utilizar descalificativos o destacar los defectos que pueda tener. En su lugar, cuando sea necesario hablar con él sobre comportamientos inadecuados, es conveniente comenzar destacando los aspectos más positivos y proponer los cambios necesarios para mejorar los aspectos menos positivos de su personalidad o manera de actuar.

 

  • Demuéstrale empatía, poniéndote en su lugar, aunque en principio cueste comprender el porqué de su conducta. Ayúdale a reconocer los pensamientos y emociones que tiene y actuar de la mejor manera para regular sus emociones.

 

  • En momentos de crisis, recuerda que somos los adultos y que es nuestra labor ayudarle a crecer y madurar física y psicológicamente, así que demuéstrale que estamos allí para ayudarle aunque se haya equivocado.

 

  • Otórgale valor como persona, aún con todos sus fallos del pasado. Es recomendable, evitar rememorar situaciones en las que haya actuado de manera inadecuada, lo más conveniente es centrarnos en el presente y proponer cambios y mejoras a futuro. Así le darás seguridad y confianza para mejorar siempre.

 

  • Permítele ser diferente y tener sus propios gustos y aficiones. Los niños son personas independientes y deben seguir su propio camino hacia la felicidad.

 

  • Aliéntale a perseguir sus objetivos, ayudándole a trazar un camino que le conduzca a su meta, ya sea ésta una meta académica, a nivel social o de superación personal.

 

  • Cree y confía en él, pese a las experiencias pasadas en las que haya podido fallar.

 

  • Apóyale en sus empeños y demuéstrale que si se cae estarás allí para ayudarle a levantarse.

 

  • Evita ponerle “peros” a sus ideas o buenas acciones. Ej.: “lo has hecho bien, pero hubiera sido mejor que…”. Todas esas frases no funcionan como refuerzo y generan frustración.

 

  • Evita desconfiar de lo que dice, nos cuenta o hace. Si le trasmitimos el mensaje de que sus personas de referencia no confían en él, él tampoco lo hará en sí mismo.

 

  • Evita compararle con otras personas, tanto en sentido positivo como en sentido negativo. Las comparaciones son siempre inadecuadas ya que favorecen la rivalidad y una baja autoestima, el mensaje correcto es que todos somos diferentes y por ello no cabe comparación con nadie, ni para bien ni para mal.

 

  • Evita trasmitirle mensajes que le hagan desconfiar de su capacidad para afrontar los problemas u obstáculos.

 

  • Evita sobreprotegerle. Es importante que aprenda a afrontar sus problemas para sentirse capaz y con confianza para enfrentarse al mundo.

 

  • Procura darle espacio para errar y acertar, haciéndole saber que pase lo que pase estarás allí para ayudarle cuando lo pida, sin reprocharle ni recriminarle sus fallos o errores.

 

  • Evita frases tales como “te lo dije…”, “ya te lo advertí…”, “ya verás que tengo razón…”, etc. Este tipo de mensajes propician la inseguridad y las dificultades para tomar decisiones.

 

  • Evita trasmitirle mensajes negativos que puedan herirle cuando estés enfadado por algo que ha hecho. Se debe evitar frases como: “eres malo” o “eres egoísta”. Lo más adecuado es sustituirlas por frases tales como: “lo que has hecho no está bien, tu conducta ha sido inadecuada… Me gustaría que la próxima vez…”.

 

  • Dedícale tiempo, haciéndole sentir que es gratificante compartir tiempo con él y que disfrutas de su compañía.

 

  • Propicia la realización de actividades de ocio, en las que pueda tener experiencias de éxito y satisfacción.

Siguiendo estas recomendaciones nos aseguraremos de que su entorno más próximo estará contribuyendo positivamente a configurar y afianzar la confianza y seguridad en sí mismo, lo que repercutirá positivamente en su autoestima.

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